Cómo actúo si mi hijo pega

06 Jul
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Empecemos aclarando algo muy importante

Que tu hijo pegue es lo más normal del mundo, de hecho, forma parte de su crecimiento, evolución y aprendizaje.

En la edad de 1 a 3 años los niños pegan. Pegan a otros niños, a sus padres, a su familia, cuando experimentan el sentimiento de frustración y se enfrentan a adversidades que no saben gestionar y se dan cuenta que el mundo no gira alrededor de ellos. Tienen una tolerancia a la frustración muy pequeña, y saber transmitir y hacerse entender hacia otras personas con un lenguaje fluido, además de no saber canalizar sus emociones de rabia y tristeza les lleva a una respuesta inmediata y por instinto a pegar.

Ante esta situación es importante que como adultos sepamos reaccionar y no cometer algún error que de forma instintiva también nuestros padres cometieron con nosotros. Lysmon te aconseja:

  1. No le grites, tus armas deben ser la paciencia y la serenidad, dos virtudes que contrarrestan el sentimiento de frustración, enfado y tristeza. Cuenta hasta tres antes de emitir tu primera palabra.
  2. No le pegues. Parece sencillo de decir, aunque es complejo de hacer aún más cuando son ellos por ejemplo quienes levantan la mano. El motivo de no reaccionar igual que ellos se debe a no entrar en una espiral de rabia, incomprensión e ira precisamente cuando tu niño necesita calma y afecto. No debemos generar en el inconsciente del niño el precedente de si mama responde pegando ante una pataleta mía o una complicación, debe ser natural pegar.
  3. No dejes de darle importancia al hecho, no lo tomes a risa y no le dejes hacer porque los niños necesitan límites claros pues le dan seguridad y uno de los límites que deben aprender desde pequeños es el respeto a las personas y a las cosas, por ello no podemos tolerar que el niño pegue.

Entonces ¿cómo debes actuar si tu hijo pega?

  1. Lo primero es retirar a tu hijo de la zona de conflicto. Es decir, separarlo del niño con quien interactúa o familiar o persona con quien está teniendo la riña.
  2. Actúa con serenidad, aunque con firmeza, debes ser tajante, sin embargo, ten en cuenta que no debes gritar ni enfadarte. Cuando los hagas, mírale a los ojos, esto le ayudará a focalizar la atención en ti y desconectar de la situación, conectando contigo.
  3. Debes validar sus sentimientos. Si pega es porque ha sentido y el debe ser consciente de ese sentimiento. Esto es muy importante para su aprendizaje. Preguntarle ¿estás tan enfadada que has pegado a la niña? (papas, niños, abuelos, etc.).
  4. Ponernos en su lugar y que ella lo sienta le ayudará a ser consciente de que sus emociones van a estar siempre, aunque puede elegir como reaccionar ante ellas. Transmitirle que “a veces yo (mama-papa) también me enfado” con empatía y ponernos en su lugar le ayudará y más si a continuación le ofrecemos una solución alternativa como hacerle ver que entendemos su enfado, y qué le parece si comparte su juguete, por ejemplo.

El niño necesita tener claras las ideas y pensamientos y saber que pegar no está bien. Requiere además subsanar el conflicto con cariño. No debemos exigirle el perdón, pues siendo tan pequeños ese concepto todavía no lo entienden, sin embargo, si les podemos solicitar que reparen el daño ocasionado, por ejemplo, poner un poquito de hielo, o colocar de nuevo el juguete en el lugar inicial, o curar (de forma simbólica) si ha hecho daño. La implicación en la reparación del daño debe ir con una acción.

Ayudemos a nuestros peques a que sean emocionalmente inteligentes.

Lysmon, la Educación Inteligente

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